Astrónomos han revelado nueva evidencia sobre las propiedades de las burbujas gigantes de gas de alta energía que se extienden muy por encima y por debajo del centro de la Vía Láctea.
La Vía Láctea, nuestra galaxia, es relativamente tranquila en muchos aspectos, por ejemplo: producción media de supernovas al año, número de regiones de formación estelar y un centro galáctico sin demasiada actividad. Claro, cuando la comparamos con otras espirales que inclusive están fusionándose con otras, aquí la cosa es placida.
Tal vez por eso, es bastante complicado detectar fenómenos que en otras galaxias son comunes, como la emisión desde los núcleos de ellas.
En un estudio publicado recientemente en Nature Astronomy, científicos demostraron que las capas de unas estructuras denominadas «burbujas eRosita», son más complejas de lo que se pensaba. El peculiar nombre de las regiones viene después de haber sido encontradas por el telescopio de rayos X eRosita, en dirección de los polos centrales de la Vía Láctea.

Aunque tienen una sorprendente similitud en forma con las burbujas de Fermi, las burbujas de eRosita son más grandes y más enérgicas. Juntas son conocidas como las «burbujas galácticas»: dos enormes cavidades que parecen surgir desde Sagitario A*, el agujero negro supermasivo.. Las estructuras de gas ionizado brindan una oportunidad para estudiar la historia de la formación de estrellas y la evolución del gas que surge y regresa, desde y hacia el monstruos supermasivo.

La explicación más común de las burbujas es que se trata de gas arrojado desde el centro, que está chocando con el gas circundante a medida que sale de la galaxia. Pero los hallazgos de este artículo sugieren que la temperatura del gas dentro de las burbujas no es significativamente diferente de la del área exterior.
Los científicos resaltan que los bordes de las burbujas son muy brillantes en rayos x porque tienen gas extremadamente denso, no porque estén a temperaturas más altas que el entorno circundante.
Mediante el análisis de 230 observaciones de archivo realizadas entre 2005 y 2014, los investigadores pudieron caracterizar la emisión difusa (la radiación electromagnética del gas de muy baja densidad) de las burbujas galácticas, así como de otros gases calientes que las rodean.
El análisis se hizo con parte de las observaciones del satélite Suzaku, una misión conjunta entre la NASA y la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa.


Aunque el origen de estas burbujas ha sido debatido en la literatura científica, este estudio es el primero que comienza a zanjarlo, mencionan en la nota de prensa.
Dentro del estudio, el equipo encontró proporciones altas de neón/oxígeno y magnesio/oxígeno en las capas exteriores de las burbujas, sugiriendo que estas estructuras galácticas se formaron originalmente por actividad de formación de estrellas, o la inyección de energía por estrellas masivas, en lugar de la propia actividad del agujero negro supermasivo.
Para investigar más a fondo las implicaciones que su descubrimiento puede tener en otras áreas de la astronomía, los científicos esperan usar nuevos datos de otras próximas misiones espaciales para seguir caracterizando las propiedades de estas burbujas, así como trabajar en formas novedosas de analizar los datos que ya tienen.
El artículo de investigación es Thermal and chemical properties of the eROSITA bubbles from Suzaku observations.