De octubre de 2022 a enero de 2023, el planeta Marte mostrará uno de los movimientos más enigmáticos de los cuerpos visibles a ojo desnudo, en la historia de la astronomía. Pero además, este trazo en el cielo nocturno coincide con su menor distancia a nosotros, lo que hace que precisamente las últimas semanas del año y las primeras del siguiente sean las mejores para observarlo.
Desde la antigüedad, los seres humanos hemos visto que el cielo nocturno cambia constantemente, poco a poco, pero también, siempre, se muestra más o menos igual en las mismas fechas.
Vamos a explicarnos.
Por un lado, las estrellas que vemos en el Universo están tan lejos, que a simple vista no presentan un movimiento aparente a corto plazo: necesitamos esperar cientos o miles de años para notar apenas leves desplazamientos. Así, podemos decir que para fines prácticos (en lapsos de tiempo de la vida humana), las estrellas y las constelaciones no cambian.

Dicho de otra manera, podemos estar seguros de que si hoy a la media noche vemos una constelación justo sobre nuestra cabeza, y regresamos dentro de un año exactamente a la misma hora, el grupo de estrellas estará ahí.
Pero, esto no es así con la Luna y los planetas, aunque ambos son casos diferentes.
La Luna gira una vez alrededor de la Tierra cada 27 días y unas 8 horas más o menos. Pero el periodo de sus fases es ligeramente diferente: de luna nueva a luna nueva pasan 29.5 días. Así, prácticamente de una noche a otra podemos ver el desplazamiento de nuestro satélite y el cambio en el porcentaje de su cara iluminada visible para nosotros.

Los planetas, por otro lado, se mueven mucho más lento, tienen distintos desplazamientos cada uno y andan vagando sobre una franja del cielo llamada eclíptica visto desde la Tierra. No por nada el nombre en griego para esos cinco visibles a ojo desnudo (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) era planētes asteres (estrellas errantes o vagabundas) o simplemente planētai (errante).
En resumen, a diferencia de las estrellas, cuya posición prácticamente es fija unas con otras, la Luna y los planetas presentan movimientos peculiares, vistos desde la Tierra.
Sin embargo, el planeta que muestra mayor complejidad era, y es, Marte.
Y todo se debe a su movimiento retrógrado, es decir, que mientras avanza en el cielo noche tras noche, de repente comienza a regresar, retrocede por unas semanas y luego retorna a su trayecto. Esto fue el dolor de cabeza de muchos, desde Eudoxo, cerca del año 350 antes de nuestra era, hasta Tycho Brahe y Johannes Kepler en los siglos XVI y XVII.
¿Y Porqué ocurre esto?
Bueno, el modelo heliocéntrico de Copérnico, junto con los resultados de Kepler, básicamente sus tres leyes de movimiento planetario, resolvieron de forma elegante el misterio.
Si consideramos, como lo hizo Johannes Kepler en el siglo XVI, que cada planeta tiene su órbita entorno al Sol y que a mayor distancia menor desplazamiento, entonces el movimiento retrógrado de Marte se explica perfecto.

La Tierra se desplaza más rápido que Marte (una vuelta al Sol cada 365 días de nuestro planeta, contra 687 días de Marte), lo alcanza, lo rebaza y las posiciones aparentes en el cielo dan la impresión de que Marte regresó. En términos astronómicos se dice que Marte tiene movimiento retrógrado. Esto sucede más o menos cada 26 meses, siendo la última vez en que ocurrió a mediados de octubre de 2020.
Pues de octubre de 2022 a enero de 2023, el planeta rojo estará mostrando esto. Tu puedes registrarlo: usa un mapa estelar y marca a simple vista su posición con respecto a las estrellas de la constelación de Tauro.
Cuando termines tendrás la evidencia de uno de los fenómenos naturales que por más de 2000 años fueron una incógnita y cuya solución literalmente inició, una revolución en la forma en que veíamos y entendíamos el cosmos.
Referencias
https://in-the-sky.org/news.php?id=20221030_12_100
https://es.wikipedia.org/wiki/Marte_(planeta)