Poner a punto el telescopio: armar y alinear

Siguiendo el hilo del post anterior, Mi primer telescopio, Primeros pasos, podríamos decir que ya fuimos a la tienda y salimos felices con nuestro telescopio. Ansiosos, lo armamos según el manual (como debe de ser) y lo sacamos al parque o la terraza. Aquí es donde tenemos que reunir toda nuestra paciencia y delicadeza para que la sesión sea fructífera. Igual que en el artículo anterior, hay puntos importantes que debemos tomar en cuenta y explicaremos a continuación.

Para comenzar, vamos a suponer que el instrumento que ustedes tienen es del tipo ecuatorial, similar a alguno de la imagen siguiente.

Monturas ecuatoriales

Abordaremos primero este tipo de monturas porque como ya lo mencionamos, representan un reto algo mayor que las altazimutales o las dobsonianas, pero además son bastante recomendables si se quiere hacer observación directa y astrofotografía.

Los dos puntos que abordaremos son, el balance de los instrumentos y la alineación.

El equilibrio es fundamental

Al mirar nuestra montura bien armada y bien nivelada con la horizontal, seguramente ya notamos que parte de la estructura del equipo es de aluminio (muchos fabricantes ofrecen trípodes o tripies de este material), lo cual algunas veces representa un problema, ya que algo que queremos es estabilidad y firmeza.

En la parte del cabezal de la montura, algo importante  que debemos notar es que algunos mecanismos, como los engranajes y los ejes, son pequeños, y deben funcionar libremente. Todos los tonillos y roscas deben tratarse con firmeza, pero sin exagerar al apretarlos.

Balance del telescopio en montura ecuatorial. (Spika)

Una vez que las piezas se mueven sin problemas, debemos colocar el tubo en la mordaza de la montura y ajustarlo muy bien, de manera que quede equilibrado, es decir, que no se caiga hacia el frente, ni hacia atrás, ni hacia los lados. Hay que recordar que los dos ejes de un montura ecuatorial siguen las coordenadas ecuatoriales, en ascensión recta (AR) y declinación (dec). Estas dos coordenadas corresponden a la latitud y longitud geográficas, respectivamente. Al mismo tiempo, la pesa del contrapeso debe estar equilibrada con el tubo, dejando sin problemas y bien liviano el eje en AR. Finalmente, al colocar nuestro telescopio, prácticamente en cualquier posición, ambos ejes deben girar sin problemas ni mayor esfuerzo.

Alineación al eje polar

Como ya lo mencionamos, todos los telescopios ecuatoriales tienen un eje de altitud, que debe estar alineado con el eje de rotación de la Tierra.

La lectura del círculo graduado en las monturas puede darnos una primera aproximación de la posición del eje polar.

En la imagen anterior notaremos la graduación que algunas monturas tienen y debemos posicionar la aguja indicadora en la latitud terrestre en la que nos encontramos. Este dato puede buscarse en Google Maps o en cualquier buscador de internet.

El eje que mueve la montura en AR debe apuntar al eje polar, así la montura está elevada un ángulo «a» que corresponde a la latitud.

 

Logrado esto, ponemos nuestro telescopio en las marcas de cero de ambos ejes, apretamos los embragues y lo apuntamos hacia la zona más cercana al punto polar (la estrella Polaris para el hemisferio norte) o polo celeste. Algo que puede ayudar a encontrar los ejes polares y las posiciones correctas en el cielo son las aplicaciones para dispositivos móviles que tienen un mapa celeste tipo planetario (Stellarium es una muy recomendable). Además, este tipo de Apps son bastante útiles para encontrar la posición de diversos objetos. Algunas monturas tienen un buscador (pequeño telescopio) de objetos, justo en el cuerpo de la montura, que iluminan un punto rojo o una retícula graduada que nos permite mirar la estrella polar y obtener una mejor alineación. Si nuestro objetivo no es hacer astrofotografía de larga exposición, la alineación hacia el eje polar puede ser aproximado y no demasiado preciso.

Debemos notar que si nuestra montura está alineada al polo celeste y buscamos con nuestro telescopio la estrella Polaris (por ejemplo, en el hemisferio norte), entonces al mover en AR debemos seguir observando a Polaris. De igual manera, si nuestra montura está alineada y buscamos con nuestro telescopio algún objeto con declinación 0°, es decir en el ecuador celeste, entonces al mover en AR debemos encontrar otros objetos con declinación 0°, sobre el ecuador celeste. Un aditamento bastante útil y común hoy en día es un puntero láser verde, que podemos colocar en el telescopio y alinearlo perfectamente.

Telescopio alineado al eje polar y observando en esa dirección.

Hasta aquí, hemos confirmado que el trabajo invertido es bastante y debemos cuidar mucho los movimientos bruscos en la montura, el telescopio y el trípode. Cualquier pequeño golpe podría mover nuestro apuntado y echar a perder el tiempo dedicado.

Una vez que volvemos a aflojar los embragues de los ejes en AR y dec, podemos usar alguno de los oculares disponibles e iniciar nuestra búsqueda por el cielo. Lo más recomendable es empezar con algún ocular largo, es decir, marcado con su distancia focal de 30 mm o más. Como lo veremos en otra oportunidad, cuanto más larga sea la longitud focal de un ocular, menor amplificación de las imágenes; cuanto más corta sea, mayor amplificación.

Uno de los primeros objetos que podemos observar es la Luna: es un objeto grande, brillante y fácil de ubicar. Si tenemos alguna aplicación o planisferio actualizado también podremos apuntar hacia los planetas que están disponibles a esa hora. Tanto la Luna como los planetas siguen movimientos sobre una franja más o menos definida del cielo, llamada eclíptica, de manera que sobre esa zona podremos encontrarlos en diversos horarios.

La eclíptica es el camino seguido por el Sol en su movimiento aparente en el cielo. Muy cerca de esa franja siempre encontraremos a los planetas y la Luna. Esta imagen del programa Stellarium muestra la madrugada del 30 de enero de 2016, cuando cinco planetas más la Luna estuvieron visibles al mismo tiempo.

Hay que notar que una vez que ubicamos algún objeto en el cielo, sólo necesitamos mover el eje en AR para seguirlo, siempre y cuando la montura esté correctamente alineada al eje polar.

En próximas entregas podremos abundar más sobre las posibilidades de observación que tenemos con nuestros telescopios o binoculares. Por lo pronto, una recomendación general es que una vez que han logrado armar y apuntar su telescopio, exploren el cielo de manera libre, sigan trazos al azar y barran el cielo nocturno hasta donde puedan, seguramente encontrar algún objeto interesante que llamará su atención.

Saludos y noches despejadas para ustedes.

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