La Gran Nebulosa de Orión es uno de los sitios ideales para comenzar a conocer de astronomía e incluso de astrofísica. Justo en la espada del gigante, debajo de las tres estrellas tan características del cinturón, la nebulosa se muestra como una región de formación de estrellas, asequible con pequeños telescopios o incluso con binoculares. Pero no solo eso: es una de las más cercanas (unos 1,350 años luz) y además es cunero de estrellas mucho más grandes y masivas que el Sol.
Así, Messier 42, como también es conocida, se ha convertido en uno de los objetos predilectos para los astrónomos que buscan saber cómo es el nacimiento de las estrellas. Al respecto, una de las grandes preguntas es cómo es el procesos de formación en esas regiones. Pues bien…

Un grupo de astrónomos acaba de publicar un artículo donde observaron la Nebulosa de Orión con el telescopio VLT Survey, en Chile, y han descubierto, de forma inesperada, tres diferentes poblaciones de estrellas jóvenes dentro de la nebulosa. Esto sugiere que la formación estelar podría haberse dado en brotes, donde cada uno se produjo en una escala de tiempo mucho más rápido de lo que se pensaba anteriormente.
El equipo liderado por el astrónomo de la ESO, Giacomo Beccari, utilizó datos de calidad inigualable, tomados con la cámara OmegaCAM, para medir con precisión el brillo y los colores de las estrellas dentro de la nebulosa. Estas mediciones permitieron determinar la masa y las edades de las estrellas. Para su sorpresa, los datos revelaron tres secuencias diferentes de edades potencialmente diferentes.
«Mirar los datos por primera vez fue uno de esos momentos ¡Wow!, que suceden sólo una o dos veces en la vida de un astrónomo»,
dice Beccari, autor principal del artículo que presenta los resultados.

Sin embargo, durante el proceso de análisis, los astrónomos también consideraron otra posibilidad: que los datos del brillo y color diferentes, en lugar de indicar diferentes edades, fueran debidos a estrellas no resueltas, no distinguibles en las imágenes. Esto haría parecer a las estrellas detectadas más brillantes y más rojas de lo que realmente son. Pero esta hipótesis implicaría propiedades bastante inusuales de estrellas binarias, que nunca antes se habían observado.
«Aunque todavía no podemos descartar formalmente la posibilidad de que estas estrellas sean binarias, parece mucho más natural aceptar que lo que vemos son tres generaciones de estrellas que se formaron una detrás de otra, en menos de tres millones de años»,
dice Beccari.
Otras mediciones de las estrellas, tales como sus velocidades de rotación y espectros, también indicaron que deben tener diferentes edades.
«Este es un resultado importante. Lo que estamos presenciando es un cúmulo de estrellas, al principio de sus vidas, que no se formaron simultáneamente. «
confirma Monika Petr-Gotzens, coautora y también adscrita a la ESO.
Los nuevos resultados sugieren fuertemente que la formación estelar en el cúmulo de la Nebulosa de Orión se desarrollo en brotes, como si tres ciudades diferentes se levantaran en momentos diferentes, y más rápidamente de lo que se había pensado.
Información del sitio ESO.