Los astrónomos tienen más ojos de los que piensas… es decir, usan más de un tipo de luz o radiación para estudiar el Universo. Tienen a su disposición telescopios que cubren todos los tipos de fotones y ondas conocidos (de las ondas de radio a los rayos X y gamma), que describen cosas diferentes, en tiempos diferentes.
La revista especializada Astronomy & Astrophysics publica esta semana una serie de artículos que presentan los resultados del proyecto VLA-COSMOS: un barrido celeste, detectando ondas de radio, en un área equivalente a 3×3 lunas llenas y a una frecuencia de 3 GHz.

Para la comunidad de radioastrónomos, se trata de una de las imágenes de radio más claras (con más resolución angular) y más profundas (con mayor sensibilidad) producidas sobre una región tan grande del cielo. En la «radioimagen», el equipo detectó casi 11,000 galaxias, que combinó con observaciones ópticas, infrarrojas y de rayos X de otros grupos de investigación. Uno de los objetivos era analizar dónde, cómo y cuándo, a lo largo de la historia del Universo, se produce la formación de las estrellas.
Las ondas de radio, generadas en regiones donde precisamente nacen estrellas, no son bloqueadas por las grandes nubes de polvo interestelar que a menudo residen en las galaxias, de manera que este tipo de radiación y su intensidad pueden relacionarse con la producción nuevas estrellas.
Así, los astrónomos encontraron que, en el pasado, las galaxias produjeron la mayoría de las estrellas, cuando el Universo tenía unos 2,500 millones de años (un quinto de su edad actual). Durante este período, alrededor de una cuarta parte de todas las estrellas recién nacidas se estaban creando en galaxias masivas, lo que representa un 15-20% más de formación estelar de lo que se pensaba anteriormente.
El radiomapa también mostró una visión única de las galaxias que contienen agujeros negros supermasivos en sus centros, donde la materia que orbita alrededor, cae en el agujero negro liberando enormes cantidades de energía. Sólo sus firmas de emisión en ondas de radio delatan la actividad del agujero negro oculto. Los astrónomos piensan que los procesos físicos asociados con estos Núcleos Activos de Galaxias, o AGNs por sus siglas en Inglés, son trascendentales en la evolución y crecimientos de las mismas galaxias y en la producción de estrellas.
Finalmente, los científicos encontraron gran similitud entre los datos observados y simulaciones cosmológicas enfocadas en el proceso de calentamiento central en los AGN. En otras palabras, estamos entendiendo mejor cómo se comportó el Universo cuando era más joven, cuando tenía unos 2,500 millones de años.
Fuente: Astronomy & Astrophysics
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