Nuestra galaxia es un enorme remolino gaseoso y estelar de unos 100,000 años luz de diámetro, el Sol está a unos 27,000 del centro y las estrellas más lejanas, que pertenecen a este complejo galáctico, están a tres veces el tamaño de la Vía Láctea.
Pero ¿cuál es el origen de estas remotas viajeras? ¿Nacieron en el Vía Láctea o proceden de otros lugares aun más lejanos? Un estudio reciente sobre 5 de las 11 estrellas más lejanas conocidas podría darnos algunas respuestas.
Para empezar, entorno de nuestra Vía Láctea viajan pequeñas colonias galácticas que dejan tras de si estrellas y algo de gas. Sin embargo, seguir el trazo dejado por estas compañeras es muy complicado, principalmente por las distancias a las que se mueven. Sólo las estrellas más cercanas y brillantes pueden darnos pistas de su dinámica.
Los arroyos estelares que han sido caracterizados hasta ahora, son nada, comparados con los ríos gigantes de estrellas
dice Marion Dierichkx, del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA), en referencia a los torrentes dejados por las galaxias miniatura que circundan la Vía Láctea.
En especial, la galaxia enana de Sagitario ha dejado su rastro muchas veces en su vida. Con cada acercamiento, las fuerzas gravitacionales de marea arrancan pequeñas cantidades de gas y estrellas.
Avi Loeb, astrónomo teórico del CfA, junto con Dierichkx, desarrollaron modelos computacionales para simular los movimientos de la enana de Sagitario (eSag) en los últimos 8,000 millones de años, casi dos veces la vida del Sol. Al inicio de la simulación, eSag tenía 10,000 veces la masa del nuestra estrella (1% de la masa de la Vía Láctea), pero al final había perdido un tercio de sus estrellas al interaccionar con nuestra galaxia. Esto dejó tres corrientes de estrellas que alcanzaron distancias de hasta 1 millón de años luz.
Así, al comparar algunas de las estrellas más lejanas observadas, Loeb y Dierichkx encontraron que 5 de ellas parecen pertenecer a estos ríos circumgalácticos de eSag. Este tipo de estudios no sólo ayudan a trazar el origen de las estrellas, sino que muestran los posibles escenarios de interacción y evolución que ha tenido la Vía Láctea a lo largo de su historia.
Con la puesta en marcha de telescopios más potentes, como el Large Synoptic Survey Telescope o los datos de la Sonda Espacial Gaia, los astrónomos tendrán más información sobre el pasado, presente y futuro de las estrellas que rodean nuestra galaxia.