Un cúmulo estelar descubierto en una galaxia enana cercana a la Vía Láctea es hogar de miles de estrellas jóvenes, enormes y mucho más luminosas que el Sol.
Un equipo de astrónomos de la Universidad de California Los Angeles y de la Universidad de Tel Aviv han descubierto un espectacular cúmulo con miles de estrellas mucho más grandes y brillantes que el Sol. El impresionante nido estelar se ubica dentro de una nube de gas y polvo en una pequeña galaxia llamada NGC 5253, a sólo 12 millones de años luz de la Tierra, en dirección de la constelación de Centauro.
El cúmulo contiene más de 7 mil estrellas masivas de las llamadas tipo O, esto es, astros jóvenes, super brillantes, cada uno entre 10 mil y un millón de veces más luminosos que nuestro Sol. Las estrellas dentro de la enorme nube de polvo y gas apenas alcanzan los 3 millones de años, muy poco en términos astronómicos.
Sin embargo, el cúmulo está rodeado por una enorme nube de gas y polvo, que lo hace apenas es visible. «Nube D» —como la han llamado los investigadores— es una especie de fabrica de estrellas embebida en el ‘hollín interestelar‘: polvo y gas de los cuales se forman estrellas de todos tamaños.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, alguna vez fue tan productiva como ahora es NGC 5253. Sin embargo, el proceso terminó aquí hace unos 10 mil millones de años. De hecho, la transformación de gas hidrógeno en estrellas no es un proceso homogéneo ni continuo: ha cambiado a lo largo del la vida del Universo.
En nuestra galaxia, menos del 5% del gas en regiones del tamaño de «Nube D» se transforma en estrellas. En la recién descubierta «Nube D», sin embargo, la tasa parece ser al menos diez veces mayor. Además, la cantidad de polvo en el ambiente galáctico es extraordinario: unas 15 mil veces la masa del Sol, principalmente formado por elementos como carbono, oxígeno y silicio.
Sin embargo, no todo es felicidad en la vecina NGC 5253. En el futuro, «Nube D» será destruida por las estrellas, cuando estas se conviertan en supernovas e impulsen de forma violenta el gas y el polvo hacia regiones lejanas de la galaxia enana.
La investigación realizada con el conjunto de radiotelescopios SMA, en lo alto de un volcán apagado en Hawai, fue publicada recientemente en la revista Nature.
El siguiente paso de los astrónomos consiste en estudiar «Nube D» y el resto de NGC 5253 con el nuevo instrumento ALMA, un conjunto de 64 radiotelescopios en el desierto chileno de Atacama.