El hombre de Venus. Primera Parte

Tránsito de Venus. J. Schedler 2004

El planeta Venus ha sido uno de los temas más fascinantes, enigmáticos y hasta fantásticos a lo largo de la historia del hombre. Apareciendo cíclicamente al atardecer y muchos días después al amanecer, siendo por momentos el objeto más brillante en el cielo, cubierto por densas nubes de ácido sulfúrico y dióxido de carbono, rotando su eje en dirección contraria al resto de los planetas, atravesando el disco del Sol en periodos regulares, etc., todo esto hacen de Venus uno de los más interesante personajes de la astronomía.

Además de esto, su estudio y observación no han estado alejados de problemas y contratiempos, triunfos y fracasos. Muchas de las historias entorno a Venus son conmovedoras y nos recuerdan que desentrañar los misterios del cosmos cuesta mucho, a veces incluso la vida.

Jean Batiste Chappe d’Antoroche nació en Francia, el 2 de Marzo de 1728, en medio del reinado de Luis XV. Como miembro de una familia noble, tuvo oportunidad de estudiar en el seminario Jesuita de Mauriac, su ciudad natal. Ingresó a la Universidad Louis-le-Grand donde se interesó por primera vez en la astronomía. Ya concluida esta etapa, Chappe fue admitido como miembro del Observatorio Real, trabajando en el Observatoire de Paris, donde Jacques Cassini (hijo del famoso Giovanni Cassini) era el director. Chappe estaba por encaminarse en uno de los proyectos más importantes de su época y ser parte de una de las más notables aventuras científicas.

Desde finales del siglo XVII, hasta ya entrado el siglo XVIII uno de los grandes problemas en la ciencia (no solo la astronomía) era la precisa medición de las distancias en el sistema solar, pues hasta ese momento lo mejor que se tenía eran estimaciones aproximadas para las separaciones entre los planetas y el Sol. A pesar de lo difícil que parecía la tarea, bastaba conocer con precisión la distancia entre la Tierra y otro planeta para calcular -mediante las leyes de Kepler– lo mismo con los otros. Uno de los métodos para determinar eso  -notado por James Gregory desde 1653- era utilizando el paso de Venus por el disco solar, lo que ahora llamamos tránsito de Venus.

Gravado en el reporte de Chappe. Campesina Rusa.

El éxito de este método se basaba principalmente en tres cosas: buenos instrumentos ópticos, excelentes relojes y observar el tránsito desde muchos lugares muy separados entre ellos, para utilizar lo que los astrónomos llamamos paralaje (este efecto lo podemos ver al extender la mano al frente, levantar el pulgar, abrir y cerrar alternadamente nuestros ojos y comparar la posición que tiene con respecto al fondo). Aquí un sitio que explica y propone el método.

Chappe fue asignado para realizar las observaciones del tránsito de 1761 (el anterior había ocurrido en 1639) desde Tobolsk, una ciudad enclavada en la parte sur de Siberia. Salió de Francia a finales de noviembre de 1760, pasó por Viena, Polonia, llegó a Petersburgo el 13 de febrero de 1761 y finalmente a Tobolsk el 10 de abril. Su travesía fue accidentada, debido principalmente a las fuertes lluvias que azotaron la región, desbordando ríos e inundando grandes regiones. Alrededor de mayo, Chappe pudo observar dos eclipses, uno de Luna y otro de Sol, que le permitieron medir con precisión las coordenadas de Tobolsk, dato fundamental en el cálculo del paralaje.

Probablemente, uno de los incidentes más fuertes ocurrió días antes del tránsito. Ya con sus instrumentos instalados, Chappe y su grupo fueron acusados por los campesinos de Tobolsk de «ser los perturbadores del Sol y provocar las inundaciones que se dejaban sentir en la zona». La pronta intervención de los soldados Cosacos (grupo militar del ejercito ruso, establecidos en esa zona) evitó que los pobladores dañaran el equipo y permitieron a Chappe y colaboradores continuar su trabajo.

Reporte de Chappe. Uni. de Minnesota.

Según registra él mismo, la noche del 5 de Junio -una antes del tránsito- el cielo estaba cerrado por nubes gruesas. Chappe estaba decepcionado y triste, «hacer este viaje, llegar aquí con estos problemas, solo para ver un objeto… y nada» -decía. El 6 de junio, alrededor de medio día y justo antes de comenzar el tránsito, el cielo se limpió. Chappe pudo obtener excelentes datos y contribuir de manera notable a los cálculos del paralaje. Mantuvo su campamento en Tobolsk por tres meses más para mejorar las estimaciones de su posición y a lo largo de su regreso fue realizando más observaciones astronómicas con el fin de calcular las coordenadas de otras ciudades. Regresó a Francia en Agosto de 1763. El viaje que hoy en día puede hacerse en unas cuantas horas, le tomó 2 años y 9 meses.

Los excelentes datos que obtuvo Chappe fueron reconocidos ampliamente por la Academia Francesa de Ciencias. Continuó trabajando para el Observatoire de Paris, mientras preparaba los cálculos de su próximo «viaje de trabajo»: el siguiente tránsito de Venus en junio de 1769. Su objetivo, ahora estaba del otro lado del Atlántico, del otro lado del continente, justo en lo que era conocido como «la California», reino de la Nueva España. Más precisamente en lo que ahora conocemos como San José del Cabo, en la península de Baja California, México; lugar del que desafortunadamente no saldría con vida.

La próxima semana, la segunda parte de la historia de Chappe -ahora en México.

P.D. No olviden que el próximo 5 junio es el tránsito de Venus. El siguiente será hasta el 2117 (por la tarde).

 

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